martes, 20 de diciembre de 2016

Galeno 129-200 d. C. (aproximadamente)


Textos extraídos de "Biblioteca Coloquio de Autores Griegos"
 

Exhortación al aprendizaje de las artes

Aquello en lo que al hombre difiere del animal.

"No está claro que los animales irracionales estén por completo privados de la facultad de la razón, pues posiblemente todos ellos participan, unos más y otros menos, si no de la facultad racional que se encuentra en la voz, a la que se llama "verbal", sí al menos de la que se encuentra en el alma, a la que se llama "mental".
Es evidente para nosotros que los humanos se diferencian con mucho de ellos, pues no hay más que ver el gran número de artes que este animal maneja, y porque sólo el hombre, capaz para el saber, aprende el arte que quiere. Sin embargo, el resto de los animales son prácticamente todos, excepto unos pocos, inútiles para aprender un arte, e incluso estos pocos adquieren técnicas más por su naturaleza que por resolución. El hombre, por el contrario, está preparado para todas las que se dan entre ellos. (...) Y es por esto por lo que, aunque el resto de los animales participe de la facultad racional, sólo al hombre se le llama "racional", por su ventaja sobre ellos.
 
La Fortuna
 
Así pues, ¿cómo no va a ser reprobable despreocuparse de la única cosa que compartimos con los dioses y afanarse por alguna de las otras, despreciando el aprendizaje de las artes y abandonándolas a la fortuna?
A los antiguos, en su intención de hacer evidente la maldad de la Fortuna, no les bastó sólo plasmarla y dibujarla bajo la forma de una mujer –ya que ésta era símbolo suficiente de insensatez–, sino que además hicieron que llevara un timón entre las manos, pusieron un soporte esférico bajo sus pies y le privaron de ojos, queriendo hacer evidente por todo esto su inestabilidad. (...) Una mayoría considerable de ignorantes sigue a esta diosa que no permanece nunca en el mismo lugar por la facilidad de desplazamiento que tiene la base que la conduce y transporta por precipicios a veces, y por el mar; allí perecen, todos a la vez, los que la han seguido, y ella es la única que sale indemne, riéndose de todos los que se lamentan y la llaman, cuando no hay posibilidad de ayuda. Así son las acciones de la Fortuna.
 
Hermes
 
Considera, por otra parte, que los pintores y escultores han representado a Hermes, en calidad de dueño de la razón y artífice de todas las artes, de manera opuesta a la Fortuna. Está en la flor de la juventud, no es nada sofisticado ni exhibe una belleza postiza sino una tal que a través de ella se puede ver también la virtud del alma. (...) Se puede ver a sus fieles radiantes, igual que el dios a quien siguen, sin quejarse nunca de él, como los que se quejan de la Fortuna; no se ven menospreciados ni rechazados por él, sino que lo acompañan siempre y gozan de su providencia.
 
Los seguidores de la Fortuna
 
A los  que siguen a la Fortuna se les puede ver inactivos e imperitos en las artes, transportados siempre sobre el carro de las esperanzas y en pos de la diosa que corre, unos cerca, otros más lejos, y algunos agarrados de su mano. (...) Si pasas revista a los demás que desde lejos persiguen a la diosa en su carrera pero que no la alcanzan, odiarás sin tregua a este coro, pues allí hay muchos demagogos, cortesanas, prostitutas baratas y delatores de amigos; hay asesinos, profanadores de tumbas y bandidos, muchos de los cuales ni siquiera han tenido miramientos con los propios dioses, sino que han saqueado sus templos.
 
Los seguidores de Hermes
 
Sin embargo, el otro coro está constituido por personas comedidas, operarios de las artes (...) Unos están lo más cerca posible del dios, colocados en círculo alrededor de él, son los geómetras, los matemáticos, filósofos, médicos, astrónomos y gramáticos. Inmediatamente después de éstos hay otro coro, el de los pintores, escultores, maestros, carpinteros, constructores y tallistas. Y tras ellos, en una tercera fila, todas las restantes artes..."
 
 
 
Imagen: Wikipedia.org