martes, 24 de mayo de 2011

Las Grandes Religiones de Oriente y Occidente (Trevor Ling)

Introducción

"Se ha afirmado que todo el que no conoce otra religión que la suya propia es el que tiende a considerarla con más presunción. La otra cara de dicho aserto consiste en que nadie está más inclinado a la hostilidad con respecto a todas las religiones que el escéptico occidental que ignora toda tradición que no sea la de occidente.
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Un estudio recto e imparcial de las tradiciones religiosas significa una investigación de los hechos históricos mediante los cuales han realizado las ideas que propagan, los tipos de personalidad que han producido y las clases de sociedades con las que tales hechos se encuentran relacionados. Aquellos que desde el punto de vista de una religión particular ponen objeciones al estudio comparado de la religión dan lugar, de inmediato, a la sospecha de que tienen algo que ocultar: de que su fe no soporta el examen contrastado con otras, o de que sus hechos históricos necesitan ser disimulados. De ser así, el empeño del estudiante que abraza tal fe es botica, cualquiera que sea la rama del conocimiento humano a la que se dedique, y el mejor consejo que se le podría dar no sería simplemente que abandonara el estudio comparativo de la religión, sino el de que se apartara por completo de los estudios académicos, renunciara a ejercitar su mente y se refugiara en un oscurantismo antiintelectual.
El autor posee la convicción de que la constatación de las muchas y variadas formas en que el hombre ha manifestado ser consciente de la existencia de una dimensión distinta de la temporal y "material", puede ser del más alto valor, en una época tan crecientemente amenazada por el laicismo. El estudio comparado de la religión desempeña un papel más positivo y constructivo de lo que el nerviosismo pietista se imagina en ocasiones. Pero en primer lugar hemos de esclarecer cuáles son los términos de esta comparación. No nos parece justa esa forma de estudio, en la que el cristianismo se compara con las "otras religiones" o con las "religiones no cristianas"; estos términos ambivalentes y llenos de indulgencia gozan aún del favor de algunos teólogos neo-ortodoxos, ya que este tipo de empresa se acepta partiendo de la base de que la comparación es ventajosa para el cristianismo.
Al nivel académico más respetable, la Religión Comparada significaba, y en alguna medida sigue significando, el estudio de las interrelaciones entre los principales sistemas del pensamiento religioso y también el estudio de la forma en que se han difundido los temas y las ideas, puesto que existen múltiples vinculaciones entre las grandes tradiciones religiosas, especialmente de Eurasia. Así, el judaísmo se vio afectado por el zoroastrismo, y ambos contribuyeron al islamismo. El islam, en su expansión hacia oriente, aceleró la extinción del budismo en la India y, a su vez, sintió también la influencia del hinduismo. Al alcanzar la India desde Europa, el cristianismo, por su parte, tuvo sus efectos sobre el siglo XIX hindú y sobre los movimientos renovadores islámicos, y en Ceilán actuó a modo de anticuerpo, estimulando al budismo en la recuperación de sus propias ideas intrínsecas. En las décadas recientes, el pensamiento religioso asiático, sobre todo el budista, ha marcado también sutiles huellas sobre la teología occidental. Naturalmente, los temas a tratar no son tan simples como sugiere este apresurado resumen de contracorrientes, y lo que a la Religión Comparada le incumbe es, en cierto modo, el mecanismo –más complejo y delicado– de la difusión de las ideas, lo cual únicamente le proporcionaría una raison d`être.
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Existe aún, sin embargo, otra aproximación a la materia –la aproximación histórica–, sin la cual no podrían interpretarse con propiedad muchas de las evidencias contemporáneas. Es necesaria una información acerca de los cambios sufridos por las tradiciones e instituciones religiosa en particular, y que son evidentes a partir de la comparación histórica. No se puede comprender el sistema hindú de castas, si se considera como algo eternamente inmutable, idéntico en la actualidad a como era en tiempos inmemoriales –tal es la perspectiva de algunos hindúes– y sujeto únicamente a ligeras modificaciones aquí y allá. Una apreciación correcta de la naturaleza de las castas en la India requiere el conocimiento de lo que fueron –embrionariamente, quizá– en la época de Buda, comparándolas con lo que llegaron a ser algunos siglos más tarde, una vez que las leyes de Manu recibieron su actual codificación, con el significado que tenían al comienzo del siglo XIX, y finalmente con lo que representan en la actualidad.
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Existen muy variados puntos de vista cristianos sobre el desarrollo de la Iglesia, con distintos matices de ortodoxia; pero lo que ya no es tan común es un enfoque de la historia cristiana en el contexto de la historia de la religión, prescindiendo de consideraciones específicamente cristianas. Ya hemos observado que algunos cristianos no ven con buenos ojos este planteamiento, sobre todo si opinan que la Iglesia cristiana es única y que, por lo tanto, no puede compararse con "otras religiones". Pero las ideas e instituciones hindúes también se consideran únicas, así como las ideas y las prácticas religiosas budistas y mahometanas. Fuera del budismo, por ejemplo, no existe nada como la Sangha, o doctrina del anatta. Otros, hostiles al cristianismo, opinan que el único valor de la historia de la Iglesia de Cristo radica en que confirma su opinión de que ha constituido un impedimento al progreso humano. Pero un asiático sagaz, reflexivo y religioso –digamos un hindú o un budista– puede sacar provecho de un estudio valorativo y comprensivo de la historia religiosa cristiana, que contribuiría a tamizar, de entre la vanidad y los prejuicios europeos que a veces lo han oscurecido, todo lo que en el judaísmo y en el cristianismo representa un valor permanente y universal.
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Lo que en este libro se bosqueja puede servir de pauta sobre el tipo de estudio que es necesario emprender cada vez con más ahínco, y que quizás –estas son, al menos, mis esperanzas– pueda estimular a alguien a penetrar por completo en esta esfera, cuya importancia potencial, dentro del campo general de los estudios liberales y humanos, es tan señalada."